APIA acaba de tramitar en el Ministero de Empleo y Seguridad Social 10 denuncias que se refieren a 10 localidades distintas de varias provincias andaluzas donde alumnos, profesores y personal de administración y servicios han tenido que desarrollar su labor con temperaturas anormalmelnte bajas sin que la Consejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía emitiera ninguna instrucción sobre cómo se había de proceder ante esta situación. Ateridos de frío y con los dedos entumecidos y enfundados en guantes, hemos intentado dar y recibir clases en un entorno insano.
Durante la semana del 11 al 15 de enero de 2021, se conjugaron dos circunstancias que hacían especialmente grave acudir a los centros educativos tanto para los trabajadores como para los alumnos: la pandemia de la COVID-19, por un lado, y una tormenta de frío, Filomena, que hizo que la temperatura cayera a niveles inéditos en nuestra comunidad autónoma, por otro. Durante esos días sufrimos temperaturas cercanas a los 0º centígrados en muchas localidades del interior de Andalucía y muy por debajo de los 17º que es el mínimo que establece el Real Decreto 486/1997 para trabajos en el interior de los edificios.
La Administración educativa no había previsto nada para enfrentar esta situación, ni se dignó a emitir ninguna respuesta a los numerosos requerimientos que se le hizo desde APIA (ver aquí y aquí) y desde otros muchos colectivos de padres, trabajadores y alumnos.
¿Qué se pudo haber hecho ante dos situaciones incompatibles? Por un lado, debemos mantener ventilados los espacios cerrados para evitar la difusión del virus; por otro, las ventanas deben permanecer cerradas para protegernos del frío. La respuesta es sencilla: mientras las condiciones no sean adecuadas, las aulas deben permanecer cerradas ya que podemos continuar la actividad docente a distancia. Pero una respuesta rápida, exige una Administración competente.